sábado, 10 de mayo de 2008

¿Cuánto valgo para ti, como mujer?


Queridas amigas:
Este temita vamos a dirigirlo a todas aquellas mujeres del mundo que de alguna u otra manera sufren toda clase de atropellos, injusticias y humillaciones llenas de crueldad, encasillamientos y devaluaciones por parte de sus novios o maridos que tienen hijos con otra mujer, e incluso… hasta es ésta misma mujer quien se da el lujo muchas veces de pisotearles y maltratarles su dignidad.

Mujeres hay muchas que después de un rompimiento amoroso con su pareja, no se convencen ni quieren aceptar que les llegó el final de su sueño y que es hora de despertar con entereza a la realidad. Se aferran a la esperanza como en un sueño de niñas ingenuamente pretenciosas, utilizando todos los medios posibles para tratar de retener casi a la fuerza al hombre que las abandonó. Se valen de la complicidad de las amigas, de los jefes, de los vecinos, de la familia y hasta ponen de chivo expiatorio al hijo o a los hijos que tuvieron durante su relación, para ponerlos como evidencias y chantajearles sentimentalmente.
Es muy triste cuando una mujer cae tan bajo con éste tipo de “obsesiones enfermizas”, obviamente producto de una inadaptación, des-ubicación e inmadurez emocional, escudándose en el famoso concepto de que: “en el amor y en la guerra se vale de todo”. Pero no hay tal… “que se valga de todo” amigas queridas, no es posible, no procede y no corresponde que una mujer que se dice ser toda una bella Dama, actúe de manera tan incongruente, inconciente y de forma tan alevosa, ventajosa y por demás burda y soez, rebajándose a tal grado de tener que recurrir a tales felonías, para conseguir sus propósitos.
Y pongámosle que con esas feas manías, ella logre engatusar al otro, consiguiendo lo que quiere, pero me vuelvo a preguntar: ¿A qué precio?, ¿ustedes creen que le duraría mucho su gustito?… ¡Obviamente que nó!, porque lo que mal anda, mal acaba irremediablemente. Los errores tienen sus consecuencias, que tarde o temprano se pagan caro, y el rayo de la justicia, siempre cae donde más duele. No olvidemos aquella máxima bíblica que dice: “Con la vara que mediste, serás medido”.
Pero veamos el lado contrario de la moneda: “El de las mujeres agredidas con éste tipo de dobleces altanerías, falta de respeto y consideración”.
Una mujer por ejemplo: Que tiene su novio o un esposo que tuvo un hijo con otra mujer; y la mujer ésa… como una verdadera fiera herida porque la abandonaron, y saliéndole lumbre hasta por los ojos, arremete sarcásticamente contra la inocente que no tiene culpa de nada, no pierde la oportunidad para hacerle la vida de cuadritos cada vez que le da su gana, ¿la primera debe estarle agradecida y no resentida?,
¿Qué hacer para darse su lugar y hacerse respetar?.
Se necesita tantito sentido común para entender que como novia formal o esposa oficial y actual, ella no tiene ninguna necesidad de ponerse al tú por tú con aquella ilusa agresora que no busca otra cosa más que….¡venganza! ¿y si su novio o esposo no la defiende, qué puede hacer?.
Lo que puede y debe hacer una digna mujer comprometida en noviazgo o en matrimonio, es poner drásticamente las cartas sobre la mesa y dejar las cosas muy claras con el hombre que no está valorándola como ella se lo merece. Hablar seriamente con aquél, sobre la situación molesta, ridícula, intrigante y por demás, fuera de lugar. Y es que caray; viéndola desde otra perspectiva, no es tanto la culpa de la ex, sino del “poco hombre” que no sabe amarrarse bien los pantalones y poner a la “bruja” en su lugar. ¿Qué tiene que andar haciendo la indefensa noviecita o esposa enfrentándose, vociferándose, rebajándose al nivel y hasta agarrándose a golpes, devolviendo la agresión con sátiras palabras hirientes a la otra?
Hey… ¡Quietas ahí!… ¡Un momentito por favor!
Puede ser la madre del hijo de nuestro novio, pero si ella no se da su lugar ni se respeta a sí misma, ¿cómo carajos pretende que otros la respeten?… Tenemos que ser más inteligentes amigas, y aprender a no reaccionar como lo hacen las gatas salvajes. Hay formas más prudentes y estilos más elevados para enfrentar con dignidad y sabiduría a la ignorancia de aquellas personas que sólo reaccionan por instinto de conservación como lo hacen los animales.
No importa que sean muy duras e injustas las palabras hirientes, o muy crueles y humillantes las actitudes de una mujer que agrede por dolor, o por impulso o por venganza… o deliberadamente, pero no por ello tenemos que actuar de la misma manera que lo hace “la otra”, porque entonces sí estaríamos demostrando (como lo hace ella), una baja autoestima, una baja y muy pobre calidad moral, espiritual y humana.
Ustedes amigas, ¿Qué opinan?

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