Se ha denominado tradicionalmente como impotencia a la incapacidad de realizar el acto sexual por no alcanzar o mantener la suficiente erección del pene para introducirlo o mantenerlo introducido en la vagina de la mujer durante el tiempo normal del coito. Es la incapacidad de conseguir o mantener la erección más del 20 por ciento del tiempo. La disfunción eréctil afecta a millones de hombres.
CAUSAS
En los hombres mayores, la Disfunción Erectil o Impotencia generalmente tiene una causa física, como una enfermedad, lesión, o efectos secundarios de medicamentos. Cualquier trastorno que cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede causar Disfunción Erectil o Impotencia. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 5 por ciento de los hombres de 40 años de edad y entre el 15 y el 25 por ciento de los hombres de 65 años de edad experimentan Disfunción Erectil o Impotencia. Pero la disfunción eréctil no es necesariamente una parte inevitable del proceso de envejecimiento.
La causa más común Disfunción Erectil o Impotencia DE es el daño a los nervios, arterias, músculos lisos y tejidos fibrosos, a menudo como resultado de una enfermedad. Enfermedades tales como la diabetes, enfermedades del riñón, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple, arteriosclerosis, enfermedad vascular y enfermedad neurológica son responsables de alrededor del 70 por ciento de los casos de Impotencia. Entre el 35 y el 50 por ciento de los varones con diabetes padecen Impotencia.
LA IMPOTENCIA PUEDE SER CAUSADA POR:
Causas psicológicas: el pene no tiene ninguna alteración física, pero problemas psicológicos como la ansiedad (provocada con frecuencia por el miedo a no conseguir una erección o a defraudar a la mujer), la depresión, los problemas con la pareja e incluso el estrés pueden afectar al acto sexual. También la preocupación excesiva por los problemas laborales, sociales o familiares implican que no se dedique la atención necesaria al acto sexual. La fatiga, la inapetencia, la falta de ejercicio, el insomnio o un fracaso laboral también desequilibran los reflejos sexuales.
Causas vasculares: son muy habituales. El pene no puede acumular la sangre necesaria para que se dé una erección, generalmente porque no llega en suficiente cantidad. Fumar, sufrir hipertensión arterial, diabetes, algunas enfermedades cardíacas y variaciones en los niveles de colesterol en sangre pueden provocar trastornos vasculares que dificulten la erección.
Causas neurológicas: en estos casos se produce una interrupción en la transferencia de mensajes del cerebro al pene porque existe una lesión en los nervios implicados. Esto ocurre con las lesiones de la médula espinal, la esclerosis múltiple o las intervenciones quirúrgicas en la pelvis.
Causas hormonales: son poco frecuentes. Generalmente se deben a una falta de hormonas sexuales masculinas.
Causas farmacológicas: existen varios medicamentos que tienen como efecto secundario disminuir la capacidad de tener una erección. Entre ellos hay algunos fármacos para tratar la hipertensión, las enfermedades cardíacas y los trastornos psiquiátricos.
TRATAMIENTO CONTRA LA IMPOTENCIA
Muchos médicos sugieren que la elección de los tratamientos contra la impotencia que han de seguirse, deberían ir del menos al más invasivo. Primero, el abandono de drogas; segundo, psicoterapia y modificación de comportamientos; luego, aparatos de vacío o fármacos; y, por último, cirugía. - Ayuda psicológica: es recomendable en hombres de menos de 40 años, ya que en estos estados la causa de la enfermedad suele ser mental. Incluso en casos de impotencia por problemas físicos, muchos hombres necesitan ayuda psicológica para poder superar problemas de autoestima derivados de esta enfermedad.
Menos del 10 % de los hombres que sufren Disfunción Erectil buscan ayuda médica. Al enfrentarse con la Impotencia, es frecuente que se desmoralicen, que se depriman o que se busquen tratamientos milagrosos. Existen innumerables remedios populares que se deben considerar con toda cautela y escepticismo. Actualmente existen muchos tratamientos eficaces y muy seguros, aunque en ningún caso mágicos.
La modalidad del tratamiento viene dictada por el problema específico que causa la disfunción eréctil. El primer paso es definir la causa, si es posible, y luego intentar la solución más sencilla y menos arriesgada. En síntesis, las distintas alternativas terapéuticas incluyen una o varias de las siguientes:
Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: dejar de fumar, moderar el consumo de alcohol y de grasas, hacer algo de ejercicio y aprender a relajarse.
Cambiar o reducir los medicamentos que puedan estar provocando Impotencia, como algunos antidepresivos, diuréticos y betabloqueantes.
Psicoterapia y terapia conductual. Independientemente de la causa de la Impotencia, se recomienda para todos los pacientes alguna forma de terapia psicológica, conductual, sexual o de combinación, generalmente asistidos por su pareja, sea ésta hombre o mujer.
Terapia transuretral y de inyección. Consiste en la inyección de medicamentos en el tejido eréctil, para relajar los músculos lisos del pene y permitir que pueda tener lugar la erección. Está indicada en algunos casos de Impotencia. Los medicamentos inyectados suelen ser asociaciones de papaverina-fentolamina, o bien alprostadil (prostaglandina E1). Las reacciones adversas son generalmente menores, pero pueden incluir erecciones prolongadas y dolorosas (priapismo; véase príapo). Una alternativa a las inyecciones es un dispositivo de plástico para aplicar estos medicamentos a través de la uretra. Aunque más seguras y menos costosas que los tratamientos quirúrgicos, estas terapias tiene una tasa alta de abandonos, ya que la pérdida de espontaneidad hace perder interés en el procedimiento. Las sustancias vasoactivas son sustancias que introducidas a través de la uretra o inyectadas en los cuerpos cavernosos del pene producen una erección que permite una buena relación sexual. Pueden utilizarse 1 o 2 veces por semana. Antes de empezar el tratamiento es importante hacer las pruebas necesarias para conocer la respuesta a dichas sustancias.
Medicamentos orales
Sildenafil (Viagra). Aprobado para su uso en Europa y Estados Unidos, es el medicamento oral que ha mostrado resultados más prometedores en la Impotencia. En los estudios realizados, el sildenafil mejoró las erecciones en 3 de cada 4 participantes (~75%), comparado con sólo 1 de cada 4 que mejoraron al tomar un placebo; con sildenafil, 1 de cada tres intentos de coito fue un éxito —comparado con sólo 1 de cada 5 intentos en pacientes con placebo. El Viagra® aumenta una sustancia llamada GMP cíclico, que se produce en el pene durante la actividad sexual y que aumenta el flujo sanguíneo. Así, el sildenafil aumenta el flujo peneano de forma natural, de modo que la estimulación sexual causa erección. Viagra® no es, pues, un afrodisíaco, ni una hormona, ni un producto que cause por sí mismo erección, sino que sólo ayuda a conseguir una erección cuando existe estimulación sexual. El Viagra® se toma "a demanda" –sólo cuando se desea–, y su acción comienza en 30 minutos y dura hasta 4 h. No se recomienda más de 1 tableta al día. Los efectos colaterales incluyen molestias digestivas, dolores de cabeza, enrojecimiento facial y dolores musculares y, en un 3 % de los tratados, alteraciones de la visión. Como otras sustancias para tratar la DE, el Viagra® está contraindicado en caso de enfermedades cardíacas y, sobre todo, jamás debe asociarse con los medicamentos llamados nitratos (por ejemplo, la nitroglicerina que se usa bajo la lengua para tratar la angina de pecho); en asociación con sildenafil, los nitratos pueden bajar la tensión arterial bruscamente hasta niveles peligrosos.
Yohimbina. Empleado como medicina popular durante años, actualmente existe evidencia de que puede mejorar la potencia en un tercio de los hombres con Impotencia leve, sobre todo en combinación con el antidepresivo trazodone.
Tratamientos hormonales. La terapia con testosterona está indicada sólo en hombres con hipogonadismo (niveles bajos de testosterons, la hormona masculina). Puede utilizarse por vía oral o en parches. La testosterona no se recomienda nunca para hombres con niveles normales de hormona masculina; en éstos puede mejorar el impulso sexual, pero a costa de causar daños sobre la próstata y el hígado, a veces irreversibles. Cuando la Impotencia se debe a niveles excesivos de la hormona prolactina, puede ser útil el medicamento bromocriptina.
Otros: se han utilizado, con distintos grados de éxito, medicamentos como pentoxifilina (Elorgan®), naltrexona –un antídoto de la heroína y la morfina–, o el antihipertensivo minoxidil.
Dispositivos de aspiración (vacío). Colocación del pene en un cilindro plástico hermético, donde se crea a continuación un vacío, lo cual causa que la sangre fluya hacía el pene. Después se asegura una banda alrededor de la base del pene para retener la erección, y el cilindro se retira. La falta de espontaneidad de este método es el inconveniente principal.
Implantes peneanos. Tres tipos de implantes están siendo empleados actualmente para el tratamiento de la impotencia; todos ellos deben ser implantados quirúrgicamente: implantes hidráulicos, prótesis e implantes plásticos hinchables. Aunque muchos pacientes se han beneficiado de la cirugía del implante, éste es un procedimiento irreversible; el tejido eréctil se lesiona de forma permanente cuando se implantan estos dispositivos. En el momento actual ha caído en relativo desuso, a expensas de métodos menos arriesgados y menos costosos. Son unos cilindros de silicona (sustancia no rechazada por el organismo), de estructura anatómica, que se introducen en número de dos dentro de los cuerpos cavernosos del pene y que producen la rigidez necesaria para una buena y adecuada relación sexual. Existen diferentes vías y técnicas para la implantación de la prótesis, la intervención dura aproximadamente 45 minutos. Mediante una incisión de piel de 3-4 cm en la parte inferior del pene y en la raíz del escroto, se llega a los cuerpos cavernosos, donde se colocan las dos prótesis correspondientes, siendo mínimo el porcentaje de complicaciones. Todo ello con anestesia local o regional. Al ser una cirugía poco agresiva, el postoperatorio no requiere cuidados especiales; el paciente puede abandonar la clínica entre 12 y 24 horas después de la intervención, y a las 3 ó 4 semanas de adaptación se puede reiniciar la vida sexual normal.
Cirugía vascular. Para los hombres cuya impotencia es causada por problema de las arterias o las venas del pene, la cirugía vascular puede ser una opción. Se practican dos tipos de operaciones:
Cirugía de revascularización (anastomosis): conexión de una arteria de la pierna con las arterias del dorso del pene, desviando cualquier bloqueo y aumentando el flujo sanguíneo.
Ligadura venosa: se realiza cuando el pene no puede almacenar una cantidad suficiente de sangre para mantener una erección. Se atan o extirpan las venas que están causando un drenaje excesivo de sangre del pene.
Afrodisíacos y tratamientos alternativos. Los afrodisíacos son sustancias que supuestamente aumentan el impulso, el deseo y el desempeño sexual. La leyenda ha atribuido cualidades afrodisíacas a alimentos como los chiles, el chocolate, el regaliz, la manteca, las anchoas, las ostras y las vieiras. El "Spanish fly", o cantáridas, hecho de escarabajos secos, es el afrodisíaco más "famoso" y es particularmente inútil y nocivo.
VIVIR CON DISFUNCION ERECTIL
La disfunción eréctil puede causar tensión en una pareja. Muchas veces, los hombres evitarán las situaciones sexuales debido a su dolor emocional asociado a la disfunción eréctil, causándole a su pareja una sensación de rechazo o ineptitud. Es importante comunicarse abiertamente con su pareja.
Algunas parejas consideran la búsqueda de tratamiento para la disfunción eréctil o impotencia juntos, mientras que otros hombres prefieren buscar tratamiento sin el conocimiento de su pareja. La falta de comunicación es el obstáculo principal para buscar tratamiento y puede prolongar el sufrimiento. La pérdida de la capacidad de erección puede tener un efecto profundo en el hombre. Lo positivo es que la disfunción eréctil generalmente puede tratarse segura y eficazmente.
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