La reputación del chocolate como afrodisíaco se originó tanto en la cultura maya como la azteca hace más de 1500 años. El chocolate está hecho de los granos de cacao que se encuentran en las vayas que crecen en el tronco y ramas inferiores del árbol de cacao. Los mayas creían que el árbol de cacao tenía un origen divino, y de allí su nombre en latín "Theobrom Cacao", que significa "comida de los dioses", y cacao es una palabra maya que significa "comida del dios".
El emperador azteca Montezuma bebió 50 copas doradas de chocolate por día para incrementar su virilidad antes de visitar su harén de 600 mujeres. Quizá ésto explique lo que sucedió a las culturas maya y azteca.
Cuando los conquistadores españoles descubrieron el chocolate y lo llevaron a Europa y el resto del mundo, siempre se lo siguió asociando con el amor.
Aunque el chocolate contiene feniletilamina y seratonina, estimuladores químicos del ánimo que se asocian con los sentimientos de felicidad, amor, pasión, lujuria, aguante y resistencia, los científicos siguen debatiendo si se lo debe clasificar como un afrodisíaco. Por respeto a la ciencia, sugerimos que cada persona lleve a cabo un estudio independiente.
Entonces regale chocolate a su enamorado el Día de San Valentín, pero recuerde las palabras inmortales de Ogden Nash: "Regalar dulces es excelente, pero el alcohol es más rápido".
Lo más importante es darle un regalo a la persona amada que la haga sentir verdaderamente amada. Después de todo, el afrodisíaco disponible más potente es la mente