Hasta que un bebé empieza a decir sus primeras palabras, pasan más o menos 12 meses. Durante este tiempo, la forma de expresarse del bebé es mediante el llanto. Para muchos padres, oír llorar a su bebé sin saber porqué es una fuente de preocupación, ya que despierta una sensación de ansiedad.
Los bebés comienzan a llorar siempre que tienen algún problema físico o emocional. El llanto se caracteriza por su potencia, y con el tiempo los padres se convierten en verdaderos expertos, aprendiendo a diferenciar si el bebé llora debido a una necesidad física (ej. hambre) o si son lágrimas a causa de un malestar.
¿CUÁLES PUEDEN SER LAS CAUSAS DEL LLANTO?
El llanto es su forma de expresión. Un bebé puede llorar por dos motivos:
Para comunicar una necesidad o un malestar. A veces es difícil determinar de qué se trata, pero las causas pueden ser tan variadas como hambre, frío, calor, incomodidad, el deseo de ser cogido en brazos o atendidos. Los padres cubren sus necesidades tan pronto como es posible.
Una de las razones del llanto que suele ser especialmente frecuente en los primeros meses de vida del bebé, es el típico "cólico del lactante". Muchos bebés manifiestan malestar a causa de estos cólicos, que pueden ser el resultado de procesos normales debido a la inmadurez del tracto digestivo, resultado de intolerancias alimenticias, ingestión de aire durante la lactación, etc. y lloran para ser atendidos y reconfortados.
ALIVIO DE LOS CÓLICOS DEL LACTANTE
El organismo de un bebé es especialmente sensible. Para tratar de evitar las molestias causadas por el cólico del lactante es importante acudir al médico para que descarte posibles intolerancias a alimentos (lactosa, proteínas de la leche) y confirme que se trata del típico cólico del lactante. Es importante adoptar unas medidas higiénicas y conductuales que ayuden a aliviar los cólicos. Aún así, si es preciso, pueden aconsejarse medicamentos lo más suaves posibles.
Algunos medicamentos homeopáticos contienen una mezcla de principios activos en diluciones homeopáticas que actúan sinérgicamente para aliviar las molestias causadas por el cólico del lactante. Su composición a base de Chamomilla, Argentum Nitricum y Tilia europeae, entre otros, favorece una acción carminativa y calmante sobre el organismo del bebé. Así, el bebé expulsa los incómodos gases y reduce considerablemente la sintomatología causada por el cólico.
CONSEJOS PARA MEJORAR LA SINTOMATOLOGÍA DE LOS CÓLICOS DEL LACTANTE
Como es habitual, comadronas y pediatras aconsejan a madres y padres una serie de prácticas a llevar a cabo mientras se alimenta al recién nacido que ayudan a eliminar y a disminuir la ingestión de los gases durante la lactación. Estas son:
-alimentar al bebé en posición más vertical que horizontal,
-darle palmaditas en la espalda después de la lactación, para facilitar la eliminación de los gases,
-masajear el abdomen o apoyar el abdomen del bebé sobre la mano cuando sufra cólicos,
-Alimentación con biberón: vigilar que esté la tetina casi llena de leche -el orificio de salida lleno de leche- y haya una salida fluida del aire mientras se succiona el biberón
-Alimentación materna: vigilar que el bebé coja el pecho correctamente, ocupando la boca con el pezón de la madre y dejándole la nariz destapada.
Fuente: Revista Homeopatía Viva, editada por Laboratorios DHU Iberíca, S.A.
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