En general existen dos tipos de orgasmo en la mujer, y el hombre deberá preocuparse de saber a cuál responde su pareja para saber actuar de forma adecuada al mismo.La mujer de alta excitabilidad erótica, posee un tipo de orgasmo que algunos autores denominan "orgasmo sostenido".
En un orgasmo de este carácter, la mujer experimenta una sensación de placer estable más o menos estable que dura un cierto período como si la crisis orgástica llegara a una cierta altura y permaneciera allí indefinidamente produciendo siempre una constante sensación placentera. En cambio, la mujer de baja excitabilidad erótica, posee una clase de orgasmo que se llama "orgasmo puntual", porque la sensación no persiste indefinidamente, sino que alcanza una cima, un clímax, permanece allí durante un período relativamente corto y luego cesa bruscamente.
Todas las mujeres, sean del tipo orgástico que sean, pueden ser capaces de más de un orgasmo. De todas maneras, el primer caso es el más fuerte y el que alcanza una cima más alta. Las cimas de los demás orgasmos son cada vez más bajas hasta que el varón ya no puede reproducir la sensación.Finalmente, el hombre es quien debe detener su actividad para permitir que la sensación se pierda completamente. Luego la vuelve a provocar hasta que la mujer pide otra interrupción. Así se continúa hasta que el orgasmo termina y con él la relación sexual.
Cuando el hombre utiliza estímulos adicionales mientras realiza el coito, suele suceder que la fluencia orgástica aparezca constante pero con dos o más picos de placer. Por ejemplo, puede estar besando a su pareja en los labios y decidir en un momento dado besarle los senos. Si hace esto, la mujer alcanzará en este momento una cima orgástica más alta y puede permanecer en esa nueva altura mientras aquél continúe besándole esa zona, cayendo al nivel anterior cuando deja de hacerlo. En la práctica, lo mejor es interrumpir esta adición excitante y reanudarla unos momentos después.El orgasmo puntual, se logra generalmente mediante el contacto genital o digital con el clítoris. Después de este orgasmo, el clítoris pierde sensibilidad momentáneamente.
Si el hombre mantiene la fricción del clítoris sin pausa una vez alcanzado el orgasmo, la mujer responde entonces con una serie involuntaria y convulsiva de sacudidas que advierten al hombre que el orgasmo ha completado su curso. Estas sacudidas sólo cesan cuando deja de estimularse el clítoris. Un descanso de uno o dos minutos, permitirá recuperarse al organismo, luego de lo cual se puede inducir el segundo orgasmo mediante estimulación clitórica. Una vez completado éste, también será seguido de las mismas convulsiones debiéndose hacer otra pausa a continuación. Siguiendo con este procedimiento cada pausa se hace más larga según el número de orgasmos obtenidos.
Finalmente, ninguna pausa ni la subsiguiente estimulación permitirán al clítoris recuperar la sensibilidad. La excesiva presión ejercida sobre el clítoris tiene el efecto de paralizar el mecanismo neurodinámico de esta zona. La única oportunidad en la que se puede ejercer excesiva presión sobre el clítoris es inmediatamente antes del orgasmo. En este momento, la mujer desea que el hombre le apriete el clítoris con el pubis, con el dedo o con el pene. De todas maneras, demasiada presión destruirá el orgasmo aunque la mujer crea lo contrario.
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Hace 7 años